conoce a Sara

Sara Moore, DNP, APRN

Enfermera

SUPERPODER: Encontrar las llaves del corazón de cada paciente y ayudarles a ver lo mejor en sí mismos

LO BUENO SE HACE ESPERAR, AMELIA LO SABÍA. SARA LO DESCRUBRIO.

Cuando Sara Moore, DNP, APRN, conoció a su nueva paciente, Amelia, de 4 meses, sabía que esta pequeña había nacido con un espíritu especial. Ahora, 8 años después de esa primera presentación, Sara dice que la chispa que vio no ha disminuido en lo más mínimo, sino que, al contrario, está brillando más que nunca.

Sara conoció a Amelia en el Centro de Excelencia en Adopción Temporal Rees-Jones de Children’s Health℠, donde expertos en pediatría, salud conductual y bienestar infantil brindan atención primaria a niños en cuidado temporal y post-adopción.

"Los ojos de Amelia tienen una confianza que es rara en un niño. Su voz encaja perfectamente con ella. Es una vocecita de duendecillo que es dulce y astuta al mismo tiempo. Su corazón es más grande que ella. Me encanta estar cerca de ella", dijo Sara.

"Los ojos de Amelia tienen una confianza que es rara en un niño. Su voz encaja perfectamente con ella. Es una vocecita de duendecillo que es dulce y astuta al mismo tiempo. Su corazón es más grande que ella. Me encanta estar cerca de ella", dijo Sara.

Sin embargo, le llevó un tiempo a Sara, una proveedora de atención primaria que ha pasado 30 años cuidando a niños, ganarse la confianza de Amelia. Al principio, Amelia gritaba cada vez que su, ahora madre adoptiva, Robin, la llevaba a Sara para un examen. 

La relación de Amelia con Sara permaneció así durante los primeros años. Como Amelia tuvo el virus sincitial respiratorio (VSR) y le diagnosticaron el conducto arterioso permeable (CAP) —una abertura en su corazón que requirió cirugía—, todo antes de su primer cumpleaños, se veían con frecuencia.

Pero Sara nunca renunció a descifrar el código del corazón de Amelia. Durante los primeros años cuidando de Amelia, Sara vio a su paciente convertirse en una pequeña fuerza de resistencia y humor. Lo que preocupaba a Sara era que Amelia no estaba alcanzando los logros esperados en su desarrollo.

"Recibió terapia de lenguaje y ocupacional para ayudarla a comer y ganar fuerza. Pero seguía luchando", dijo Sara. "Estaba claro que necesitábamos averiguar qué estaba pasando, y una resonancia magnética nos dijo que Amelia tenía parálisis cerebral. Eso nos ayudó a adaptar aún más su atención".

EN EL CENTRO REES-JONES TODOS LOS NIÑOS TIENEN LA ATENCIÓN INTEGRAL Y PERSONALIZADA QUE MERECEN

Desde 2013, el Centro de Excelencia en Cuidado Temporal Rees-Jones ha estado cubriendo las complejas y diversas necesidades de salud de los niños en cuidado temporal en toda la región de Dallas. Proveedores como Sara tienen entrenamiento especializado para brindar a Amelia y otros niños en cuidado temporal la atención de la más alta calidad.

"Los niños en cuidado temporal son una población marginada, reconocimos la necesidad de desarrollar un cuidado integral para darle a estos niños la mayor estabilidad posible y mejorar su salud", dijo. "La Fundación Rees-Jones, que proporcionó la mayor parte del financiamiento para esta clínica, realmente entendió por qué el cuidado sensible al trauma y la educación para padres adoptivos temporales y proveedores eran lo que estos niños necesitaban".

Sara explica que muchos niños en cuidado temporal tienen más de un diagnóstico crónico, como asma, TDAH o ansiedad. Por lo tanto, en la clínica, la mayoría de los niños se reúnen con proveedores médicos y de salud conductual de Children’s Health al mismo tiempo. Sabiendo que hablar sobre experiencias pasadas traumáticas puede ser difícil, los proveedores hacen lo posible por minimizar las conversaciones difíciles sobre los traumas que han vivido o los desafíos que enfrentan actualmente.

"Algunos niños llegan con un marcado historial, otros no tienen ninguno. Es complicado y difícil preguntarle a un niño sobre sus experiencias vividas, especialmente cuando involucra a los miembros de la familia con los que ya no pueden estar", dijo Sara. "Algunos son bebés como lo era Amelia, y estamos conociendo todas sus necesidades médicas con los padres adoptivos temporales".

Y UN DÍA AMELIA LE ABRIÓ SUS BRAZOS Y SU CORAZÓN A SARA

Alrededor del tiempo en que a Amelia le diagnosticaron parálisis cerebral, Robin y su esposo Henk estaban completando el proceso de adoptarla.

Una vez adoptada, técnicamente Amelia ya no era elegible para recibir atención en el Centro Rees-Jones (en ese momento), pero fue referida a especialistas en Children’s Health y solo veía a Sara cuando se unía a las visitas de sus hermanos al Centro Rees-Jones.

"Un día, Robin me dijo que Amelia declaró: 'Quiero ver a la Dra. Sara'. No podía creerlo", dijo. "En algún momento, viéndome cuidar a sus hermanos, terminé pasando su prueba y fui aceptada en su círculo íntimo".

En ese momento, todos en el Centro Rees-Jones conocían a Robin, Henk y sus hijos. Robin también servía en el Consejo Asesor Familiar de la clínica. Fue entonces cuando Robin planteó la pregunta: ¿debería significar algo el hecho de que un niño esté siendo adoptado para cambiar su necesidad de la atención que brinda Rees-Jones?

"Ser adoptado no significa que el pasado de un niño y su trauma desaparezcan. De hecho, nuestra clínica promete ser la estabilidad en la que siempre pueden contar", dijo Sara. "Fue un momento reflexivo y debido a la declaración de Amelia, cambiamos nuestra política. Ahora, los niños que son adoptados pueden seguir viendo a los proveedores que mejor los conocen".

Pero este no fue el primer cambio monumental en el que Amelia dejó su huella. Después de que Amelia fue colocada en el hogar de Robin y Henk, los médicos se dieron cuenta de que múltiples proveedores y agencias estaban comunicándose sobre ella. Para algunos, la información se retrasaba. Para otros, faltaban piezas.

En ese momento, el equipo de Rees-Jones, Children’s Health, las agencias locales de adopción temporal y los departamentos gubernamentales se unieron para diseñar un sistema que seguiría la información de cada niño.

AMELIA Y SARA MÁS JUNTAS QUE NUNCA

"Amelia entra a la clínica, y es su show. Tiene mucho para contarme y es rápida. Puede comprobar que estás escuchando solo con una mirada", dijo Sara. "Su encanto es contagioso. Y se preocupa por todos: sus hermanos, sus padres. Creo que se ve a sí misma como su protectora.”

Pronto, Amelia volvió a la oficina de Sara. Esta vez, Amelia recibió a Sara con un gran abrazo.

"Amelia entra a la clínica, y es su show. Tiene mucho para contarme y es rápida. Puede comprobar que estás escuchando solo con una mirada", dijo Sara. "Su encanto es contagioso. Y se preocupa por todos: sus hermanos, sus padres. Creo que se ve a sí misma como su protectora".

Ahora, con casi 10 años cuidando a Amelia, Sara está segura de que la atención integral, centrada en todo el niño, es lo que merece cada niño en cuidado temporal. También la hace aún más agradecida a la Fundación Rees-Jones por su contribución transformadora.

Mirando hacia la comunidad, Sara ve que la clínica está ayudando a las personas a comprender mejor que no deberían ser marginados, sino amados y valorados como cualquier otro niño.

"La Fundación Rees-Jones dio a niños como Amelia la dignidad que merecen. Y Amelia está usando su voz y su posición para inspirar el cambio mientras aún está en la escuela primaria", dijo Sara. "No puedo esperar para ver qué impacto tendrá cuando sea adulta".